¡Qué flamencos tan flamencos!
La flamenca es cantaora
y se arranca a cualquier hora
por fandangos, alegrías,
soleares, bulerías…
Bailan al son de sus cantes,
con sus trajes de volantes,
mantones y flores rosas,
tres flamencas salerosas.
Se mueven con tantas ganas,
a ritmo de sevillanas,
que al menear sus plumajes
hay un revuelo de encajes.
Dos flamencas bisabuelas
repican las castañuelas.
Zapatean un montón,
¡sin zapatos de tacón!
¡Cuánto palmea el palmero,
bajo el ala del sombrero,
y rasguea el guitarrista!
¡Qué pandilla tan artista!
Carmen Gil (www.poemitas.org)