El camello de Melchor El camello de Melchor mete la pata y se emboba, porque anda enfermo de amor, ¡y le tiembla la joroba! e enamoró sin remedio de una camella en la duna, hace ya más de año y medio, y ahora está siempre en la luna. Desde el hocico a la cola, le corren escalofríos. No da el pobre pie con bola y causa mil extravíos. | ![]() |
![]() | Al repartir los juguetes, suspira el camello tanto que confunde los paquetes y forma un lío de espanto. ¡Qué soberana tragedia! Los tres reyes orientales les dan cien vueltas y media a sus cabezas reales. Melchor cavila y razona por el pasillo adelante. Le arde a Gaspar la corona, y a Baltasar, el turbante. |
¡Tanto pensar da mareo…! Hasta que por la mañana Papá Noel, en trineo, se cuela por la ventana. Viene a echarles una mano con sus seis renos glotones; que, como aún es temprano, se zampan seis polvorones. Unidos en Navidad, con un solo corazón, transportan felicidad al más lejano rincón.
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![]() | Lo pasan de rechupete viajando hasta el quinto pino, y no dejan ni un juguete sin llevar a su destino. Mientras, camello y camella se arrullan y se dan besos. Está él chalado por ella; y ella, loca por sus huesos. Carmen Gil |
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