EL CASTILLO DE IRÁS Y NO VOLVERÁS (Diario Sur)
Érase una vez un pescador con tan mala suerte que cada vez que lanzaba sus redes a la bahía de Málaga, ya fuera levante, poniente o terral, las sacaba vacías. Su mujer lo esperaba siempre con el mismo lamento:
-¡Ay!, cariño, cariñito mío, ¿qué vamos a comer hoy?
Una mañana, de esas en que el sol parece brillar con más fuerza y el cielo está muy azul, Patricio, que así se llamaba el pescador, echó sus redes al agua…