Un sapo que no quiere transformarse en príncipe por nada del mundo; un dragón que, por amor, ha perdido sus tres cabezas; una calabaza que sueña con ser carroza y es criticada por el resto de hortalizas; una princesa futbolista convertida en pichichi del momento; la Bella Durmiente, cuyos ronquidos causan estragos en el reino; el cocinero de la corte, especializado en tortillas de gusanos, serpientes al baño María y espuma de escarabajos con naranjas de la China… Estos y otros personajes estrafalarios y divertidos se dan cita en El libro de las princesas, editado por Toromítico (Almuzara). Este título viene a sumarse a la colección «El libro de…», en la que Carmen Gil ya tiene publicados El libro de las hadas y El libro de los piratas.
El sueño de la calabaza
La calabaza solloza
mientras le cuenta al tomate
su sueño de ser carroza.
¡Qué tremendo disparate!
La acelga se despereza:
«Esta hortaliza pesada,
con sus aires de grandeza,
aburre a la más pintada».
Predice la zanahoria
con un gesto lastimero:
«Tantos deseos de gloria
la llevaran al puchero».
El espárrago se mofa,
se chufla la remolacha
y se ríe la alcachofa:
«¡¿Carroza con esa facha?!».
Una mañana temprano
se presenta el hada Cleta
con su varita en la mano.
¡Es la mejor del planeta!
Cuando alguien la necesita
pronuncia un encantamiento
y menea la varita
hasta quedar sin aliento.
Transforma la calabaza,
apuntando justo al centro,
en carroza monoplaza
con una princesa dentro.
Se queda toda la huerta,
ante el mágico suceso,
alelada y boquiabierta.
¡Hasta el puerro le da un beso!
Carmen Gil