ME ABURRO COMO UN BURRO (CUENTO EN PROSA) (RAMARAGA) (+5)

Cuando Bruno no tenía inglés, ballet, violín ni yudo, se aburría, se aburría mucho. y el tiempo se estiraba como un chicle de fresa. Entonces se dedicaba a perseguir a papá y a mamá por la casa repitiendo sin parar: «Me aburro como un burro». Menos mal que, en una visita a su abuelo, Bruno descubrió un maravilloso secreto contra el aburrimiento.

¿Quieres conocerlo tú?

 

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