Un hada requeteenfadada convierte al príncipe Facundo en un sapo rechoncho y repugnante. Los Reyes dan orden a ministros, doncellas, lacayos y chambelanes de buscarlo por todas las charcas y lagunas de los alrededores. Lo reconocerán por la mancha acorazonada de su espalda. Pero al encontrarlo, sucede algo inesperado. ¿Volverá Facundo a convertirse en príncipe? ¿Qué sorprendente rumbo tomarán los acontecimientos
Fragmento
Me llamo Facundo y soy un rechoncho y repugnante sapo. Pero no soy un sapo como los demás, no. Ellos son hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de sapos corrientes y molientes; porque sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos fueron sapos corrientes y molientes. Yo, sin embargo, soy hijo de reyes. Sí, sí, como os lo cuento, de reyes de trono y corona de oro. Pero ya sabéis lo que les pasa a las hadas cuando se enfadan: cogen su varita, empiezan a hacer encantamientos a diestro y siniestro y ponen el mundo patas arriba.
Después de todo, esto de ser sapo no está nada mal. Si no fuera porque a las princesas casaderas les da por querer besarme y me persiguen a todas horas. La verdad es que no puedo entenderlo. Soy gordo, tengo los ojos saltones y estoy cubierto de verrugas. !Vamos, que no soy un galán.! Sin embargo, debo de tener un encanto especial, porque todas se vuelven locas por mí.